lunes, 14 de julio de 2014

Sujetando atardeceres





A veces echo de menos

es inevitable

escapar a rincones oscuros

tú y yo


cadencia y melodía

alma y piel expuestas

temblando al ritmo del son.


Echo de menos la guaracha y el danzón

la picardía y el éxtasis

la luz, extendida hasta el infinito.


Contigo escaparon las sombras

y se hizo el amor desvarío.


Por eso es inevitable

echar de menos la huida

al compás del balanceo.


Música en armonía

    cuerpos en delirio.  

 

 

 

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